9 de diciembre

1836 – Estreno en el Teatro Imperial de San Petersburgo del melodrama en cinco actos UNA VIDA POR EL ZAR de Mikhail Glinka (1804-1857); sobre libreto del barón G. F. Rozen.
Intérpretes de la premiére: A. M. Stepanova, O. A. Petrov, D. M. Leonova. Director: C. Cavos.

Argumento: Acto primero. Campiña del Domnino. Antonida recibe a su prometido Bogdan Sobinin, que vuelve después de combatir con los polacos, invasores de Rusia. El joven anuncia la victoria; todos están alegres, pero Iván Susanin, padre de Antonida, está preocupado por la suerte de su patria: ¿cómo podrán los rusos hacer frente a los extranjeros, si continúan las luchas dinásticas y falta un zar? Mientras la patria esté en peligro, él se opondrá a la boda de su hija. Pero Sobinin dice que ha sido elegido un nuevo zar: es Mijail Romanov. Las bodas podrán, pues, celebrarse.
Acto segundo. Palacio polaco. Durante una fiesta llega la noticia de que los rusos han elegido un nuevo zar y de que los polacos han sufrido una derrota. Los oficiales deciden secuestrar al nuevo zar.
Acto tercero. Casa de Susanin. Están preparándose los festejos para la próxima boda de Antonida; Vania, hermano recogido por Iván Susanin, está triste porque es demasiado joven para combatir contra el enemigo y porque su hermana se irá. Irrumpen unos soldados polacos que obligan a Iván a llevarlos al refugio del zar. Susanin finge obedecer, pero disimuladamente encarga a Vania que avise al zar de la conjura; él tratará de ganar tiempo llevando al enemigo a otro lugar. Al despedirse de su hija le dice que no espere su regreso para celebrar la boda.
Acto cuarto. Palacio del zar. Vania ha llegado al palacio y avisa a la guardia de la conjura urdida por los polacos, para que el zar se vaya inmediatamente. Entre tanto, en un bosque, los polacos conducidos por Susanin acampan para pasar la noche. Susanin sabe que su fin ya está próximo; al alba, cuando ya está seguro de que Vania ha cumplido su misión, confiesa al enemigo que lo ha extraviado en el bosque. Tras haber dirigido un último pensamiento a su hija, Susanin se dispone a morir.
Acto quinto. Plaza del Kremlin. El pueblo, entusiasmado, aclama al zar. Rusia está libre de invasores. Antonida, Sobinin y Vania, apartados, lloran la trágica suerte de Iván. La multitud, alborozada, lleva al zar en triunfo.

Fuente:
Bertelé, Antonio [et alt.] – ENCICLOPEDIA DEL ARTE LIRICO

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1842 – Estreno en el Teatro imperial de San Petersburgo de la ópera en cinco actos RUSSLAN Y LUDMILA de Mikhail Glinka (1804-1857); sobre libreto de Mikhail Glinka y Valeryan Shirkov, del poema homónimo de Aleksandr Pushkin.
Intérpretes: O. A. Petrov, A. M. Stepanova. Director: C. Albrecht.

Argumento: La acción se desarrolla en la Rusia pagana del siglo IX. Acto primero. Castillo del gran duque de Kiev. En la corte del gran duque Svetosar, su hija Ludmila va a acasarse con Ruslan, pero el guerrero Farlaf y el príncipe tártaro Ratmir quieren matar a Ruslan para casarse con la joven. Ludmila se siente triste ante la idea de abandonar a su padre y este la consuela. Pero la escena se oscurece de pronto y un fantasma la rapta. Svetosar promete que su hija será esposa de quien la traiga sana y salva; Ruslan, Farlaf y Ratmir salen en busca de la joven. Acto segundo. Morada del mago Finno. Ruslan llega a la gruta del mago Finno y este le revela que Ludmila ha sido raptada por el enano Cernomor. Luego le cuenta la triste historia de su amor por Naina, quien, después de haberlo conquistado con sus artes mágicas, se ha transformado en hichecera. Entre tanto, Farlaf encuentra a Naina, que se ofrece a ayudar al guerrero a encontrar a Ludmila. Ruslan, de nuevo en camino, se encuentra en un campo sembrado de cadáveres frente a una cabeza enorme cuyo aliento provoca un viento tremendo. El jove la atraviesa con la lanza y bajo la cabeza encuentra una espada: es el arma con que podrá matar a Cernomor. Acto tercero. Castillo de Naina. Gorislava, antigua prometida de Ratmir, se encuentra sometida a las artes mágicas de la bruja. Llega Ratmir al mismo lugar, pero no se encuentran. Encantado por una danza de odaliscas, también Ruslan se ve envuelto en los hechizos de Naina. Los tres están como hipnotizados; pero el mago Finno interrumpe el encantamiento, y Ratmir y Gorislava se abrazan. Acto cuarto. Castillo de Cernomor. Ludmila, prisionera de Cernomor, llora su infeliz suerte. El enano queire alegrarla organizando una fiesta con danzas orientales. Irrumpe Ruslan, y mientras la joven, por obra del enano, cae en un profundo sueño, los dos emprenden una violenta lucha. Ruslan consigue derrotar a Cernomor cortando su larga barba, donde reside su poder, y, tomando en sus brazos a la amada, dormida, se dirige hacia Kiev. Acto quinto. De camino hacia Kiev, Farlaf y Naina raptan de nuevo a la pobre Ludmila. Farlaf lleva a la joven a la ciudad y se hace pasar por su salvador, pero no consigue despertarla. Solo Ruslan la despierta, y con una fiesta se agasaja a la pareja, finalmente reunida.

Fuente:
Bertelé, Antonio [et alt.] – ENCICLOPEDIA DEL ARTE LIRICO

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Emma Abbot1850 – Nacimiento en Chicago (EE. UU.) de la soprano EMMA ABBOTT. En 1859 debutó como cantante y guitarrista en Peoria (Illinois). Conoció a la cantante Clara Louise Kellogg, quien la estimuló a realizar sus estudios en Nueva York. Fue alumna de Achille Errani en Nueva York, de Sangiovanni en Milán, y de Delle Sedie en París. Alrededor de 1870 se convertiría en soprano solista en la Iglesia de la Divina Paternidad.
En el año 1877 comienza su carrera operística en el Covent Garden de Londres, bajo la dirección del Coronel Mapleson, con La fille du régiment, interpretando el papel de «Marie». A su regreso a su país natal, Estados Unidos, Emma fundó una compañía de ópera con su nombre, que se llamó «Emma Abbott English Grand Opera Co.», con la que realizó conciertos por Estados Unidos y conquistó una enorme popularidad. Entre sus actuaciones más destacadas se encuentran La Traviata, Romeo y Julieta, H.M.S. Pinafore, Marta de Betania, Paula et Virgine, y La Sonnambula. En 1873 contrajo matrimonio con J. Wetherell, el director de su compañía. EMMA ABBOTT falleció en Salt Lake City el 5 de enero de 1891.

Fuente:
Wikipedia – La enciclopedia libre

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Conchita Supervía1895 – Nacimiento en Barcelona (España) de la mezzosoprano CONCHITA SUPERVÍA. Muy joven aún hizo su debut en Buenos Aires, en 1910, cantando Bianca di Beaulieu, de Stiattesi, Los amantes de Teruel, de Breton y la Lola de Cavalleria rusticana. Se trasladó luego a Italia. En 1911 cantó Carmen, en el Petruzelli de Bari; ese año, en el Costanzi de Roma, participó en un acontecimiento musical: el estreno italiano de Der Rosenkavalier; cantó la parte de Octavian.
En 1912 fue aplaudida en el Liceo de Barcelona con Carmen y Samson et Dalila. La ópera de Bizet le abriría las puertas de los principales teatros del mundo, como La Fenice de Venecia en 1913, el Auditorium de Chicago en 1916, el Comunale de Bolonia en 1921, la Opera-Comique de París en 1932 y el Casino de Montecarlo en 1934. Por otra parte, el papel de Carmen se había convertido en su favorito. Sin embargo, la Supervía debería descollar fundamentalmente como mezzosoprano de coloratura; ya en 1914 cantó una brillante Rosina, en el Liceo de Barcelona, y luego siguieron éxitos resonantes con La Cenerentola, en el Comunale de Bolonia, en 1921, y en el Regio de Turín, en 1922, y L’Italiana in Algeri, Turín, en 1925 y Liceo de Barcelona, en 1929.
Con estos títulos rossinianos habría de presentarse luego muchas veces en París, entre 1929 y 1934, y en el Covent Garden. Entre 1925 y 1929 cantó en La Scala títulos como Hänsel und Gretel, Der Rosenkavalier (Octavian) y Le Nozze di Figaro (Cherubino).
CONCHITA SUPERVÍA falleció en Londres, el 30 de marzo de 1936, a causa de un parto.
Constituyó uno de esos casos difíciles de clasificación vocal, ya que si bien era decididamente una soprano, nunca se apartó del repertorio de mezzo.
La voz de Supervía era limitada de volumen y excesivamente clara; los agudos carecían de pujanza y en los centros la emisión era sumamente caprina. No obstante ello, su condición artística la elevó junto a las colegas de más alto rango. Poseedora de una técnica vocal envidiable, se hizo ideal intérprete de las heroínas rossinianas, dejando una senda y un ejemplo para varias sucesoras, como la Berganza, que se especializaron en ese repertorio.
Su figura y su rostro poseían una singular belleza, que sumada a una chispeante personalidad hicieron de ella una Carmen, una Rosina y una Cenerentola ideales. Fue una artista muy popular, y su prematura muerte causó consternación entre sus admiradores.

Fuente:
Patrón Marchand, Miguel – 100 GRANDES CANTANTES DEL PASADO

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1905 – Estreno en la Königliches Opernhaus de Dresde del drama musical en un acto SALOMÉ de Richard Strauss (1864-1949), basado en el drama homónimo de Oscar Wilde. Traducción alemana de Hedwig Lachmann. Intérpretes: Marie Wittich, Karl Burrian. Director: Ernst von Schuch.

Fuente:
Bertelé, Antonio [et alt.] – ENCICLOPEDIA DEL ARTE LIRICO

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Elizabeth Schwarzkopf1915 – Nacimiento en Joroschin (cerca de Posen, que pertenecía todavía al imperio alemán) de la soprano ELISABETH SCHWARZKOPF. Estudió canto en la «Hochschule für Musik» de Berlín con Lula Mysz-Gmeiner quien la orientó hacia la cuerda de contralto. También profundizó sus conocimientos musicales en las disciplinas armonía, contrapunto, piano y violín. Ya en su registro de soprano debutó como una de las Muchachas Flores de Parsifal en la Opera de Charlottemburgo (primavera de 1938). En esa misma temporada abordó partes comprimarias a la espera de un mayor perfeccionamiento vocal, este se logró en manos de la conocida Maria Ivogün, quien con su esposo Michael Rauchaisen la orientaron también hacia la música de cámara. Sus primeras exhibiciones en partes principales fueron con roles de soprano de agilidad como Oscar (Un ballo in maschera) y Zerbinetta (Ariadne auf Naxos). En 1942 dio un recital en Viena (integrada entonces al Reich) lo que le valió un contrato para la Opera del Estado. Entre 1943 y 1944 estuvo ausente de los escenarios a causa de una enfermedad. Después de la guerra formó parte de un grupo vienés integrado entre otros por Sena Jurinac, Irmgard Seefried y Rita Streich, con el fin de interpretar obras de Mozart y Richard Strauss. Al principio estuvieron dirigidos por Josef Krips y posteriormente por Herbert von Karajan y Wilhelm Furtwängler, quienes los ensayaban al piano incluso antes de las funciones, lo que dio como resultado interpretaciones cercanas a la perfección. Su fama se extendió por toda Austria a través del Festival de Salzburgo y su repertorio se orientó hacia las partes líricas como Pamina (Die Zauberflöte), Liù (Turandot) y Mimì (La Bohème). También adoptó uno de sus papeles preferidos: Donna Elvira (Don Giovanni). En septiembre de 1947 se convirtió en una de las más sensacionales sorpresas del Covent Garden de Londres junto a Seefried y Jurinac, al participar en la gira de la Opera del Estado de Viena. Entre ese año y 1953 formó parte de la compañía de la sala londinense, cantando entre otras obras Fidelio (Marzelline), Don Giovanni, Der Rosenkavalier (Sophie), La Traviata, Die Zauberflöte (Pamina), Die Meistersinger, Le Nozze di Figaro (Susanna), Rigoletto, Madama Butterfly y Manon, todas en inglés. Sus actuaciones en Salzburgo se extendieron entre 1947 y 1964; allí incorporó su célebre Contessa (Le Nozze di Figaro) y se afianzó en otros personajes que le dieron fama, como Fiordiligi (Così fan tutte), Alice (Falstaff), Donna Elvira (Don Giovanni) y la Marschallin (Der Rosenkavalier).
Schwarzkopf debutó en Italia en 1948 interpretando el «Requiem» de Mozart en la Sagra Musicale de Perugia. El 28 de diciembre de ese año se presentó por primera vez en La Scala como la Contessa mozartiana con un elenco dirigido por Karajan en el que participaron Jurinac, Seefried, Taddei y Hoefermeyer en un espectáculo organizado por la Opera de Viena. Volvió a esa compañía en septiembre de 1951 con motivo del estreno mundial de The Rake’s Progress de Stravinsky (Anne Trulove) bajo la dirección del autor y con un elenco integrado por Hugues Cuenod, Raffaele Arié y Otakar Kraus. Esta función inaugural se llevó a cabo en el Teatro La Fenice de Venecia en el marco del XIV Festival de Música Contemporánea. En diciembre del mismo año se concretaron siete representaciones en La Scala, esta vez con la conducción de Ferdinand Leitner. En enero de 1952 cantó su famosa Marschallin bajo Karajan y con Jurinac, Edelmann y Della Casa, y volvió en enero de 1953 como Elsa (Lohengrin) junto al mismo maestro y a sus colegas Windgassen, Edelmann, Metternich y Mödl. Poco después reeditó su Donna Elvira, siempre con Karajan y los cantantes Bruscantini, Martinis, Noni, Petri, Panerai, además de Gedda y Simoneau alternándose en Don Ottavio. Otra actuación importante de Schwarzkopf dentro de las actividades de La Scala fue la reedición de las dos primeras jornadas de los Trionfi de Orff (Carmina Burana y Catulli Carmina) y el estreno de la última, Trionfi dell’Afrodite. En mayo de 1953 y bajo la dirección de Victor De Sabata cantó Pélleas et Mélisande junto a Jacques Jansen y Michel Roux. En febrero de 1954 hubo otra jornada mozartiana junto a Karajan con Le Nozze di Figaro. También participaron Jurinac, Panerai, Petri y Seefried. Días después, Schwarzkopf encarnó a la Marguerite de Faust, al lado de Boris Christoff y Gianni Poggi. Un exitoso regreso se produjo en diciembre de 1955 con Die Zauberflöte, donde su Pamina estuvo en manos de Karajan y en compañía de Nicolai Gedda, Erika Köth, Taddei, Zaccaria y Sciutti. Otro Don Giovanni, esta vez guiado por Otto Ackermann, se cantó en febrero de 1956 con elenco integrado por Carteri, Monti, Panerai, Siepi, Stella y Tajo. En marzo de 1957 Karajan presentó su famosa edición de Falstaff (que se repetiría en Viena y Salzburgo) con Schwarzkopf como Alice, compartiendo honores y aplausos con Gobbi, Alva, Barbieri, Moffo, Panerai y Petri. En diciembre de 1958 se hicieron algunas funciones del oratorio Eracle de Haendel en el que participaron junto al director Lovro von Matacic los cantantes Schwarzkopf, Barbieri, Bastianini, Corelli y Hines. No hubo nuevas representaciones hasta mayo de 1961 cuando regresó como la Marschallin straussiana dirigida por Karl Böhm y con actuaciones de Edelmann, Kunz, Ludwig y Rothenberger. Cerrando ese período de aplausos milaneses repitió su exitosa Donna Elvira junto al maestro Hermann Scherchen y los cantantes Ghiaurov, Alva, Freni, Ganzarolli, Panerai y Leontyne Price.
En 1951 Schwarzkopf se presentó en Bayreuth como Woglinde en Der Ring y Eva en Die Meistersinger. Cantó en la Opera de París en 1941 (Adele en Die Fledermaus) en el marco de las representaciones dadas por la Opera de Berlín en honor a las autoridades alemanas de ocupación. Volvió a París en 1949 con la Susanna de Nozze di Figaro a través de la compañía de la Opera de Viena. En la Opéra-Comique fue la Condesa de Capriccio (1962) y Fiordiligi (1963). También fue aplaudida en Marsella y Lyon.
El debut de Schwarzkopf en Estados Unidos se produjo en el Town Hall de Nueva York y el miedo a posibles hostilidades causadas por el origen alemán de la cantante hizo que la sala de conciertos estuviese rodeada por un fuerte contingente policial. Afortunadamente, el público fue conquistado de inmediato y le brindó interminables aplausos, que no cesaron de producirse hasta su concierto de despedida en el Carnegie Hall en la temporada 1974/75. Su primera actuación norteamericana en ópera se produjo a través de la Opera de San Francisco y su nuevo director Kurt Herbert Adler. La primera presentación se llevó a cabo en septiembre de 1955 con Der Rosenkavalier con Edelmann y la dirección de Leinsdorf. Aunque las opiniones del público estuvieron divididas, Schwarzkopf encontró en esa compañía un incentivo para volver en reiteradas ocasiones. En esa temporada también interpretó a Donna Elvira, con Albanese (Donna Anna casi inconcebible), Carteri, Siepi, Peerce y Alvary. Esta versión terminaba con la muerte de Don Giovanni. En 1956 fue Alice en Falstaff, con Warren, Guarrera, Domínguez y Campora. También Fiordiligi en Così fan tutte, junto a Lewis, Rankin, Munsel y Alvary. Al año siguiente hubo un Rosenkavalier similar al anterior y una reiteración de Così fan tutte. En 1958 presentó la novedad de La novia vendida (Maria) junto a Tozzi y Lewis, con la conducción de Leopold Ludwig, y mostró su Contessa de Le Nozze di Figaro compartiendo las tablas con Panerai, Modesti y Ratti, dirigiendo el espectáculo Kurt Herbert Adler. En 1960 regresó con su Marschallin y la Fiordiligi mozartiana. En 1962 hubo otra Marschallin y la favorita Donna Elvira, esta vez junto a la Donna Anna de Victoria de los Angeles. En 1963 apareció su papel de la Condesa de Capriccio con Valletti y Prey, dirigidos por el surgente Georges Prêtre; también reeditó su Fiordiligi. En 1964 Schwarzkopf se despidió de San Francisco con la Marschallin, en un espectáculo conducido por Ferdinand Leitner. En 1959 cantó óperas de Mozart en Chicago. La Marschallin fue su tarjeta de presentación para el demasiado tardío arribo al Metropolitan el 13 de octubre de 1964, donde cantó sólo en dos temporadas el papel de Donna Elvira. El público bonaerense la cubrió de aplausos y flores luego de un recital en el Teatro Colón.
Elisabeth Schwarzkopf recibió de manos de Toscanini (el 2 de octubre de 1955) el primer Orfeo de Oro. Se retiró de la ópera en 1972 con un Rosenkavalier en Bruselas y de las salas de concierto después de una gira europea de despedida, en 1975. Desde ese entonces ha dado clases magistrales en Europa y Estados Unidos. Muchos años antes se había hecho ciudadana británica.
ELISABETH SCHWARZKOPF falleció en Schruns (Vorarlberg, Austria) el 3 de agosto de 2006.

Fuente:
Patrón Marchand, Miguel – CALLAS Y 99 CONTEMPORANEOS

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Ludwig Weber1974 – Fallecimiento en Viena (Austria) del bajo LUDWIG WEBER. Había nacido en Viena el 29 de julio de 1899. Estudió en Viena: debutó en la Volksoper, en 1920. Cantó en Düsseldorf, Colonia, Munich, luego actuó en la Bavarian State Opera (1933) y en la Vienna State Opera (1945-60). Apareció frecuentemente en el Covent Garden (desde 1936), Salzburgo (1939-47) y Bayreuth (1951-58). Mejor conocido por interpretar Mozart, Wagner (notable Gurnemanz) y el Baron Ochs.
Una de las más bellas voces de su cuerda que se hayan escuchado en el Teatro Colón (temporadas 1948-49), músico cabal que cultivaba el canto de cámara en el mismo nivel de excelencia que mostraba en la escena lírica, admirable por su línea de canto y por su nobleza expresiva, era también un artista de notable ductilidad que se encontraba cómodo por igual en los roles líricos y en los de carácter.

Fuentes:
Hamilton, David – THE METROPOLITAN OPERA ENCYCLOPEDIA
Valenti Ferro, Enzo – LAS VOCES – TEATRO COLON: 1908-82