3 de marzo
|1802 – Nacimiento en Montpellier (Francia) del tenor ADOLPHE NOURRIT. Hijo de Louis Nourrit, primer tenor de la Opéra de París, recibió clases de canto de Manuel Garcia. Debutó como Pylade en Iphigénie en Tauride en la Opera de París, en 1821. Creó algunos roles allí, incluyendo Néocle (Le Siège de Corinthe, 1826), Robert le Diable (1831), Arnold (Guillaume Tell, 1829), Eléazar (La Juive, 1835), y Raoul (Les Huguenots, 1836). Dejó la Opera de París cuando su rival, Gilbert Duprez, fue contratado, y cantó en Nápoles, donde problemas vocales y mentales lo llevaron al suicidio el 8 de marzo de 1839.
“La expresión elegíaca y la finura primaban en este talentoso tenor galo que, con excepcional dominio de la técnica falsetística que aplicaba a partir del La natural, resolvía los arduos problemas de tesitura aguda. Pasaba de la voz de pecho a la emisión de cabeza con pericia sorprendente.”
Fuentes:
Hamilton, David – THE METROPOLITAN OPERA ENCYCLOPEDIA
Echevarría, Néstor – HISTORIA DE LOS CANTANTES LÍRICOS
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1857 – Nacimiento en París del compositor ALFRED BRUNEAU. Estudió cello en el Conservatorio de París y tocó en la orquesta Padeloup. Pronto comenzó a componer, escribiendo una cantata, Genevieve de Paris. En 1884 fue interpretada su Ouverture heroique, seguida por las sinfonías corales Lida (1884) y La Belle au bois dormant (1886). En 1887, compuso su primera ópera, Kérim. Al año siguiente, Bruneau conoció a Émile Zola, iniciando ambos hombres una colaboración que se prolongaría a lo largo de dos décadas. La ópera Le rêve (1891) está basada en la historia del mismo nombre de Zola, y en los años que siguieron Zola proveería el material para algunas obras de Bruneau, incluyendo L’attaque du moulin (1893). Zola escribió los libretos para las óperas Messidor (1897) y L’Ouragan (1901). Otras obras donde intervino Zola incluyen L’enfant roi (1905), Naïs Micoulin (1907), Les quatres journées (1916), y Lazare (representada postumamente en 1954). Otras obras operísticas de Bruneau contienen temas de Hans Christian Andersen (Le jardin du Paris, 1923) y de Victor Hugo (Angelo, tirano de Padua, 1928). Las piezas instrumentales de Bruneau muestran la influencia de Wagner. Otras obras incluyen un Requiem (1896) y dos ciclos de canciones, Lieds de France y Chansons à danser. Fue condecorado con la Legión de Honor en 1895.
ALFRED BRUNEAU falleció en París el 15 de junio de 1934.
Fuente:
Wikipedia – La enciclopedia libre
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1875 – Estreno en la Opéra-Comique de París del drama lírico en cuatro actos CARMEN de Georges Bizet (1838-1875), sobre libreto de Henri Meilhac (1831-1897) y Ludovic Halevy (1834-1908), basado en la novela homónima de Prosper Mérimee (1845).
Intérpretes: Célestine Galli-Marié, Paul Lhérie, Bouchy, Margarita Chapuy.
Fuente:
Bertelé, Antonio [et alt.] – ENCICLOPEDIA DEL ARTE LIRICO
Libreto bilingüe francés-español:
Website Kareol – http://www.geocities.com/ubeda2007/carmen/carmen.htm
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1891 – Nacimiento en Madrid (España) del compositor FEDERICO MORENO TORROBA. Su padre, el organista José Moreno Ballestero, fue quién le inició en la música. Estudió en el Conservatorio de Madrid y fue discípulo de Conrado del Campo.
Sus comienzos como compositor fueron sinfónicos, con obras como: Zoraida, Cuadros castellanos, La ajorca de oro, Capricho romántico y Suite Castellana. Pero, tras el éxito de La mesonera de Tordesillas (1925), se inclinó por componer zarzuelas, tan imprescindibles que le han consagrado como uno de los grandes compositores del género del siglo XX.
Su primera obra fue Las decididas, estrenada en el Teatro Lara de Madrid. Su primera zarzuela de éxito fue La mesonera de Tordesillas, con libreto de Sepúlveda y Manzano, estrenada en el Teatro de la Zarzuela en 1925. El argumento, de carácter histórico, narra las aventuras del rey Felipe IV y la actriz la Calderona. Seguirán obras como Manola, la del portillo, La Marcharena, de ambiente andaluz, estrenada en abril de 1928, Cascabeles, Baturra de temple, El aguaducho, Azabache y la zarzuela de ambiente asturiano Xuanón. Llegó a componer más de ochenta obras líricas, aunque en su última etapa se orientó más hacia el género de la revista.
El 31 de marzo de 1931 se estrenó La chulapona, drama de ambiente castizo y ambientada en el Madrid de fin de siglo. En su partitura Torroba siguió la línea popular madrileña de La Revoltosa y La verbena de la Paloma.
Luisa Fernanda, estrenada en el Teatro Calderón el 26 de marzo de 1932, es su obra más famosa. El libreto es del dúo Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw. La obra es una de las más famosas de Torroba, habiéndose representado más de diez mil veces, entre España y América.
Tras la pausa de la Guerra civil española, Torroba y Romero y Shaw estrenan Monte Carmelo, en el Teatro Calderón, una zarzuela de ambiente granadino y clima andaluz. Siguen los éxitos con La Caramba, estrenada en el Teatro de la Zarzuela en abril de 1942 y libreto de Luis Fernández Ardavin, La ilustre moza, Los laureles, El cantar del organillo, Sierra Morena, Una noche en Aravaca, Sor Navarra. Respecto a la revista, destacan: Hoy y mañana, la media naranja y Las matadoras.
Fue académico de Bellas Artes (1935), presidente de la Sociedad de Autores Españoles (1975), empresario, director artístico, durante más de veinte años fue director en los teatros Calderón y de la Zarzuela de Madrid y de la Compañía Lírica Nacional. Consiguió la medalla de oro de la Villa de Madrid.
FEDERICO MORENO TORROBA falleció en Madrid el 12 de septiembre de 1982 a 91 años de edad.
Fuente:
Website La Zarzuela de José M. Ruiz Torres
http://www.geocities.com/lazarzuela20/
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1932 – Fallecimiento en Riga (Letonia) del pianista y compositor EUGEN D’ALBERT. Había nacido en Glasgow (Escocia) el XX de 1864. Estudió en Londres con Ernst Pauer, luego en Viena con Hans Richter y en Weimar con Liszt. Escribió las óperas: Der Rubin (Karlsruhe, 1893); Ghismonda (Dresde, 1895); Gernot (Mannheim, 1897); Die Abriese (Francfort, 1898); Kain (Berlín, 1900); Der Improvisator (Berlín, 1900); Tiefland (Praga, 1903); Tragaldabas (Hamburgo, 1907); Izeyl (Hamburgo, 1909); Die verschenkte Frau (Viena, 1912); Liebesketten (Dresde, 1912); Die toten Augen (Dresde, 1916); Der Stier von Olivera (Leipzig, 1918); Revolutionshochzeit (Leipzig, 1919); Scirocco (Darmstadt, 1921); Mareike von Nymwegen (Hamburgo, 1923); Der Golem (Francfort, 1926).
Fuente:
Della Corte, A.; Gatti, G. M. – DICCIONARIO DE LA MÚSICA
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1938 – Nacimiento en Lyon (Francia) de la soprano RACHEL YAKAR. Estudió en el Conservatorio de París, donde obtuvo tres Primeros Premios, dos de los cuales fueron acordados con voto unánime, incluyendo un Primer Premio por ópera cómica. Luego de graduarse estudió con Germaine Lubin.
Desde 1964, fue contratada por la Deutsche Oper am Rhein (Düsseldorf-Duisburg). Su voz de soprano lírica le permitió aproximarse poco a poco al oratorio y a los grandes roles del repertorio, incluyendo: Rigoletto, La Boheme, Les Contes d’Hoffmann, La novia vendida, Le Nozze di Figaro (La Contessa), The Rake’s Progress, Turandot (Liu), Der Rosenkavalier (Marschallin) y Faust.
Rachel Yakar ha cantado en los principales teatros de ópera de Alemania, Holanda, Francia y Suiza, como también en Chicago, San Francisco, Londres (Covent Garden), Toronto, en los Festivales de Edimburgo, Bayreuth, Aix-en-Provence, Praga, en el Festival Mozart y en Paris y en Lisboa (Fundación Gulbenkian), en un amplio repertorio que va desde la música renacentista (Cavalieri, Cavalli, Giovanni Battista Pergolesi, Monteverdi) a la romántica. El repertorio barroco tiene un importante lugar en su carrera, tanto en francés, inglés, alemán o italiano.
En paralelo con su actividad operística, Rachel Yakar ha desarrollado una destacada carrera como artista de concierto, actuando bajo la dirección de Gustav Leonhardt, Nikolaus Harnoncourt, Pierre Boulez, Daniel Barenboim, Alberto Erede, James Levine, Michel Corboz y Sir Charles Mackerras.
Rachel Yakar se ha dedicado, al mismo tiempo que su carrera de melodista, a la enseñanza, la cual ejerce en el Conservatorio Superior de Música desde 1997 y en el Estudio de Música Barroca de Versailles, en el marco del cual codirige algunos cursos de interpretación en Francia y en el extranjero. En 1998, fue invitada a dictar clases magistrales en la Académie Royale d’été of Floreffe, en Bélgica. Actualmente, la Fundación Royaumont asigna fondos a jóvenes cantantes, para que ellos puedan beneficiarse de su rica experiencia en cursos privados.
Fuente:
Website Cantatas de Bach – http://www.bach-cantatas.com/
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1944 – Nacimiento en Filadelfia (EE. UU.) de la mezzosoprano FLORENCE QUIVAR. Debutó en 1977 en el Metropolitan Opera de New York como Marina de Boris Godunov. Entre 1977 y 1990 fue una de las figuras estables del teatro cantando como Jocasta (Oedipus Rex), Suzuki (Madame Butterfly), Isabella (L’italiana in Algeri), Federica (Luisa Miller), Fidès (Le prophète), Mother Marie (Dialogues des Carmélites), Ulrica (Un Ballo in Maschera) y Serena (Porgy and Bess).
En 1997 se despidió en el Requiem de Verdi dirigida por James Levine, marcando su representacion 101 en el teatro.
Se retiró a mitad de la década del 2000 y hoy se dedica a la enseñanza.
Fuente:
Wikipedia – La enciclopedia libre
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1949 – Nacimiento en Lynchburg (Virginia, EE. UU.) de la soprano ROBERTA ALEXANDER. Muy apreciada como soprano lírica en personajes de Mozart, Puccini, ópera contemporánea y como Jenufa de Leos Janacek, la cantante afroamericana es una distinguida recitalista de cámara y en oratorios y obras sinfónicas, recordándose su labor con Nikolaus Harnoncourt.
Participó en el proyecto discográfico «Entartete Musik» (música degenerada), que rescató composiciones prohibidas por el Tercer Reich.
Estudió en la University of Michigan de Ann Arbor (1969-1971) perfeccionándose con Herman Woltman en el Royal Conservatory of Music de La Haya, Holanda.
Canta habitualmente en el Glyndebourne Festival, Metropolitan Opera, Covent Garden y Berlín, Hamburgo, Viena, Zurich y Venecia.
Desde 1975 vive en Ámsterdam.
Fuente:
Wikipedia – La enciclopedia libre
Website oficial de Roberta Alexander:
http://www.robertaalexander.com/
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2008 – Fallecimiento en Santa Maria Hoè (Lombardía, Italia) del tenor GIUSEPPE DI STEFANO. Había nacido en Motta Santa Anastasia, cerca de Catania, el 24 de julio de 1921. Adriano Tochio (del coro de La Scala) le dio clases de canto durante casi dos años. Luego pasó a manos de Luigi Montesanto por período similar. En enero de 1941 llegó el servicio militar y fue destinado a un regimiento de infantería con sede en Ravenna. Allí se hizo amigo de Giovanni Tartaglione, jefe de los servicios sanitarios del regimiento, quien al saber que poseía una buena voz le asignó una tarea de enfermero-cantante. Incluso le salvó la vida al impedir que fuese enviado a la Unión Soviética donde él perdió la suya. En 1943 Di Stefano regresó a Milán con su madre e intentó cantar con el seudónimo de Nino Florio, pero la firma del armisticio y la llegada de los alemanes lo empujaron nuevamente hacia las filas de las que sólo se libró huyendo a Suiza. Una vez allí comenzó a ofrecer conciertos en diversos campos de refugiados para luego intervenir en un programa de Radio Lausana que incluía títulos como L’ elisir d’ amore, Il Tabarro y La cambiale di matrimonio, dirigidos por Otto Ackermann. Terminada la guerra regresó a Italia y se puso de nuevo en manos de Montesanto, quien volvió a entrenarle la voz. No sólo le brindó lecciones bastante frustrantes sino que se convirtió en su empresario. Firmaron un contrato de diez años a instancias del veterano Walter Mocchi. Sin embargo, fue a través de Liduino Bonardi (otro conocido agente de artistas) que se concretó el debut del tenor como Des Grieux en Manon de Massenet en Reggio Emilia (1946). Ese mismo año se presentó en Barcelona.
En 1947 Di Stefano ya estaba en La Scala, donde fue un tenor de frecuente actuación en los quince años posteriores. Sus relaciones con la compañía tuvieron algunos sobresaltos en la época en que alternaba sus actuaciones con el Metropolitan. Los comienzos con Manon (Favero, Borriello, Siepi; dir: Antonio Guarnieri) y Mignon (Simionato, Aimaro, Paci, Siepi; id. director) fueron auspiciosos pero no tuvieron continuación hasta 1952, cuando regresó para una serie de funciones de La Gioconda junto a Maria Callas y Ebe Stignani, luego de una espinosa correspondencia entre Ghiringhelli y Bing. No se conserva una grabación del vivo de ese acontecimiento ni la obra de Ponchielli se produjo en ningún estudio discográfico con ese prestigioso trío. Otras óperas de La Scala cantadas junto a Callas fueron Lucia di Lammermoor, bajo la dirección y régie de Herbert von Karajan y La Traviata puesta en escena por Visconti. Aquí exhibió su fama de rebelde ante las sugerencias de los registas. Cuando Visconti cinceló la más perfecta Violetta imaginable en Callas (1955) la paciencia de Di Stefano se agotó y abandonó la producción. Ambos se reencontraron en Milán para la inauguración de la temporada 1957/58 con Un ballo in maschera (Simionato, Bastianini, Ratti; dir: Gavazzeni). El repertorio de Di Stefano en esa sala, de inicios mayormente líricos, se fue acercando más al terreno spinto y aparecieron títulos como Eugenio Onieguin (1954; Bastianini, Tebaldi, Elmo, Arié; dir: Rodzinski), Cavalleria rusticana (1955; Simionato, Guelfi; dir: Votto) y Adriana Lecouvreur (1958; Petrella, Simionato, Bastianini; dir: Votto), alternados con sus favoritos Werther y L’ elisir d’ amore, para culminar con fogosas funciones de Carmen (en idioma original y protagonizadas por la Simionato; 1955), Turandot, La Forza del Destino y Aida (1956; Stella, Simionato, Guelfi). Contrariamente a lo que pudiera pensarse a priori, su enfoque vocal de Radamés está bastante logrado, con algún Si bemol agudo muy bien colocado. Junto a Renata Tebaldi y Tito Gobbi hizo alguna exitosa representación de Tosca. en 1961 encarnó a Giuliano della Viola en Il calzare d’argento de Pizzetti, un papel de tensa tesitura que lo obligó a aprender un lenguaje musical que le era extraño. Sus actuaciones en La Scala entraron a una fase final a través del protagonista del Rienzi wagneriano (1964; Kabaivanska; dir: Scherchen) y el Nerón de L’ incoronazzione di Poppea de Monteverdi (1967; Bumbry).
Había debutado en el Metropolitan el 25 de febrero de 1948 como el Duque de Mantua de Rigoletto y cantó en la misma temporada el Des Grieux de Manon. En 1948/49 aparecieron Wilhelm Meister en Mignon, Alfredo en La Traviata, Nemorino en L’ elisir d’ amore, Rinuccio en Gianni Schicchi, Fenton en Falstaff y Rodolfo en La Bohéme. En la temporada siguiente encarnó al cantante italiano de El Caballero de la Rosa y al protagonista de Fausto. Los últimos personajes aparecidos en esa etapa fueron Almaviva en El Barbero de Sevilla (con Lily Pons), Pinkerton en Madama Butterfly, Don José en Carmen (donde le fracturó un brzo a Risë Stevens) y Cavarossi en Tosca. En enero de 1965 regresó en pobre estado vocal para el protagonista de Los Cuentos de Hoffmann. También cantó en Chicago y Filadelfia. El período mexicano (1848/52) le sirvió para incorporar nuevas óperas a su repertorio, entre las que podemos mencionar Werther y La Favorita con la Simionato. Llegó a estas obras con una insuficiente preparación musical y las respectivas grabaciones dan un claro testimonio al respecto. El 9 de septiembre de 1951 se produjo en Brasil el primer encuentro artístico con Callas y Tito Gobbi en La Traviata. Estos artistas formaron después el terceto fonográfico más célebre de la historia. Sin embargo, ésa fue una de las pocas ocasiones en las que aparecieron juntos sobre el escenario. La dupla Callas-Di Stefano en Tosca, tan famosa en el disco, se concretó en el teatro sólo en México (1952).
Di Stefano cantó poco en Francia. En 1954 debutó en la Opéra con Fausto y al año siguiente con Lucia di Lammermoor en Enghien. En el Covent Garden londinense se presentó en 1961 con Tosca. Brasil fue un país que le brindó la oportunidad de cotejarse con Beniamino Gigli, su admirado antecesor que todavía aparecía en excelente forma a pesar de su edad. Muy diferentes fueron las cosas en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1965. La ópera programada era Un ballo in maschera, pero como Di Stefano era (o había sido) un gran Cavaradossi le ofrecieron la última función de Tosca protagonizada por Régine Crespin. El resultado vocal fue pobre y desencadenó reacciones adversas del público. Como consecuencia fue cancelado su contrato para Ballo, título que fue asumido por Richard Tucker. En 1964 el SODRE de Uruguay había programado su participación en Fausto y Rigoletto, pero esas actuaciones fueron anuladas. A partir de mediados de la década del sesenta la voz de Di Stefano estaba tan deteriorada que sus presentaciones en público se distanciaron. En algún momento se dedicó a la opereta con El país de las sonrisas. Luego dio un paso en falso al cantar Otello junto a Tito Gobbi (Pasadena, 1966). Esas presentaciones fueron un desastre, como lo demuestra la grabación del vivo. En 1969 fue Loris para la Fedora de Magda Olivero con desempeño muy irregular.
La labor de regista junto a Callas, con motivo de la reapertura del Teatro Regio de Turín con I vespri sicilianni, no agregó laureles a su gloria. La serie de recitales que dieron en innumerables ciudades de tres continentes estuvo rodeada de gran emotividad. Las voces, aunque destruidas, no llegan a empañar el hecho artístico de relevancia. Di Stefano apareció en el espectáculo «Opera para África», donde fue presentado por José Carreras, y en un concierto italiano de noviembre de 1992. No le quedaba voz, pero el magnetismo seguía presente. En 1989 presentó sus memorias con el título «El Arte del Canto». Apareció en el mundo lírico después de finalizada la Segunda Guerra Mundial e inmediatamente conquistó a los aficionados con su hermosa voz de tenor lírico, quizá la más dotada desde los tiempos juveniles de Gigli. Di Stefano manifestó una convincente teatralidad, que unida a una apostura típicamente itálica le aseguraron la admiración de los grandes públicos. El seductor enfoque de cada frase fue el pasaporte definitivo a una fama que una técnica imperfecta no tardaría en opacar. La voz se distinguía de la de todos sus colegas por una enorme personalidad. Los estudios fueron importantes en su formación pero luego se comportó como un autodidacto. El equivocado y peligroso camino para la producción de sonidos deterioró el hermoso timbre y limitó su extensión, en un principio envidiable. Además, endureció y opacó su canto. Tuvo gran facilidad para cantar piano y no lo hacía con el uso del falsettone (que hubiese sido perfectamente lícito) o con el paso a través de la voz cubierta. Destimbraba la voz hasta un punto mínimo y provocaba efectos mágicos. El principal problema técnico radicó en su imposibilidad de encontrar un lugar apropiado para el pasaje, lo que lo indujo a cantar «abierto» hasta lugares peligrosos. En lugar de la necesaria cobertura, surgía en la zona superir un peligroso engolamiento. Cuando no podía recurrir a ese truco y debía dar un agudo de improviso emitía notas desagradables y desafinadas. Fue uno de los pocos tenores de nuestros tiempos que cantó verdaderos «Do de pecho», muy reñidos con el buen canto por cierto. Otro de los problemas serios de Di Stefano fue su escaso sentido del encuadre musical. Sus tomas del vivo muestran las más graves vacilaciones que se conozcan en un cantante de primer rango. Su canto es tan errático como el ritmo y sólo salva la empresa el aterciopelado timbre. Típico tenor italiano de temperamento extravertido y meridional, Di Stefano fue muy aplaudido. Sin embargo, las audiencias a veces prefirieron a otros colegas que con menos atractivos expresivos tenían una zona aguda más estable. Sus actuaciones con María Callas fueron numerosas y la relación humana que mantuvieron sufrió altibajos, afinidades, borrascas, un largo tiempo de alejamiento y un postrer acercamiento en lo profesional y personal.
Fuente:
Marchand Patrón, Miguel – CALLAS y 99 CONTEMPORÁNEOS
Website oficial de Giuseppe di Stefano:
http://www.giuseppedistefano.it/
Website no oficial (en español) de Giuseppe di Stefano:
http://ar.geocities.com/giuseppedistefano2001/