11 de enero
|1801 – Fallecimiento en Venecia (Italia) del compositor DOMENICO CIMAROSA. Había nacido en Aversa (Italia) el 17 de diciembre de 1749. Huérfano desde muy niño, alumno en una escuela de caridad, luego discípulo de Sacchini a partir de 1761 y ante todo de Piccini en el Conservatorio de Santa Maria di Loreto de Nápoles, debutó como compositor de ópera en 1772 en la misma ciudad con Le Stravagance del Conte; después de un contrato en la corte de San Petersburgo, en 1792, llega a Viena, donde se estrena su obra de más éxito, Il Matrimonio Segreto, que luego fue la ópera favorita de Napoleón I. A partir de 1793 vivió de nuevo en Italia, primeramente en Nápoles, donde fue condenado a muerte durante el transcurso de turbulencias políticas, siendo indultado y viviendo luego como expatriado en Venecia hasta su muerte.
De sus más de sesenta obras escénicas, la única que ha sobrevivido en Il Matrimonio Segreto. Con ella, que apareció seis años después de Le Nozze di Figaro de Mozart y casi un cuarto de siglo antes de Il Barbiere di Siviglia de Rossini, se afirma como su verdadero antecesor, y si el libro, la intriga y la farsa de este «melodramma giocoso» no resulta hoy para nosotros ni emocionante ni demasiado entretenido, la gracia y la movilidad amable y perfecta en la forma de esta obra, constituye un goce para todo amante de la música genuina. Corresponde especialmente a los directores de escena y a los cantantes el dar a este «petit rien» también la apariencia escénica moderna y agradable.
Otras óperas: L’ astuzie femminili (1794), L’ amante disperato (1795), Penelope (1795), Artemisa (1801).
Fuente:
Jacob, Walter – EL ARTE LIRICO
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1882 – Nacimiento en Nápoles (Italia) del barítono GIUSEPPE DANISE. Estudió canto con Colonnese y Petillo en el Conservatorio de Nápoles. Debutó en el Teatro Bellini de esa ciudad en 1906, con Cavalleria rusticana; posteriormente cantó durante años en teatros secundarios.
En 1910 y 1911 se presentó en teatros de Rusia, y otra vez en Italia, en salas de provincia. En 1913 comenzó a adquirir cierta fama al actuar con éxito en el Regio de Turín, en títulos como El ocaso de los dioses, Isabeau y Don Carlo, y en el Massimo de Palermo con La Bohème de Leoncavallo e Isabeau.
Entre 1914 y 1915 dividió su actividad entre el Costanzi de Roma, Buenos Aires y San Pablo, y amplió su repertorio con óperas de todos los estilos. En Alla Scala se presentó como protagonista de El príncipe Igor, en 1915, y en una reposición de La battaglia di Legnano al año siguiente. En 1918 se presentó en Santiago de Chile.
El 17 de noviembre de 1920 debutó en el Metropolitan como Amonasro, en Aida, al que siguieron Tonio, en Pagliacci; Don Carlo, en La forza del destino; Valentín, en Fausto; Ashton, en Lucia di Lammermoor; Alfio, en Cavalleria rusticana; el Conde de Luna en Il Trovatore; Manfredo, en L’amore dei tre re; Gerard, en Andrea Chenier; Rodrigo, en Don Carlo; Germont, en La Traviata; Carlo, en Ernani; Marcello, en La Bohéme; Karnac, en El rey de Ys; Hermann, en Loreley; Nelusko, en La Africana; David, en L’amico Fritz; Athanael, en Thaïs; Ramón, en La Habanera; Barnaba, en La Gioconda; Rivegas, en Giovanni Gallurese; Sumo Sacerdote, en Samson et Dalila; Raffaele, en I gioielli della Madonna; Figaro, en Il barbiere di Siviglia; Dapertutto, en Les contes d’Hoffmann; Scarpia, en Tosca; Jack Rance, en La fanciulla del West; y el Viejo Crony, en La feria de Sorochinsky.
También encarnó a los protagonistas de Rigoletto y Guillermo Tell. Totalizó cuatrocientas actuaciones en el Metropolitan. Al producirse la crisis que convulsionó el medio lírico de América del Norte, Danise regresó a su patria.
En Italia inició un nuevo período de éxitos, entre los que se contaron su brillante Scarpia en Alla Scala, en 1932, Renato y Telramund en el Regio de Turín, en 1933, además de los villanos de Les Contes d’Hoffmann, y el sheriff de La fanciulla del West.
GIUSEPPE DANISE falleció el 9 de enero de 1963. Estuvo casado con la soprano brasileña Bidú Sayâo.
Fuente:
Patrón Marchand, Miguel – 100 GRANDES CANTANTES DEL PASADO
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1935 – Fallecimiento en Nueva York (Estados Unidos) de la soprano MARCELLA SEMBRICH. Había nacido en Wisniewzcyk (Galizia, Polonia) el 15 de febrero de 1858. Estudió piano y violín con su padre, Casimir Kochanska. Sembrich era el apellido de su madre. Fue alentada por Liszt para que estudiara canto, realizó cursos en el Conservatorio de Lvov, con Wilhelm Stengel, quien más tarde se convirtió en su esposo.
En Viena, sin abandonar el perfeccionamiento del violín, tomó lecciones de técnica vocal con Rokitanski y Lewy; luego se trasladó a Milán, estudiando con Lamperti.
En junio de 1877 debutó con I Puritani en Atenas, y en 1878 fue contratada por la Opera de Dresde. Permaneció en la compañía hasta 1886, sin abandonar empero su incipiente carrera internacional.
En 1879 fue Lucia di Lammermoor en el Dal Verme de Milán. Hizo sus primeras presentaciones en el Covent Garden con La Sonnambula, Lucia di Lammermoor y Los Hugonotes.
En 1880 cantó en San Petersburgo, donde fue gran favorita del público hasta 1898. En 1882 se produjo su debut en España. El 24 de octubre de 1883 cantó en la segunda función representada en el Metropolitan, que se había inaugurado dos días antes con Faust. Permaneció en la compañía hasta 1909, y cantó alrededor de cuatrocientas cincuenta funciones.
Sobresalió en papeles como Lucia, Violetta, Gilda, Rosina, Ofelia, Eva, Margarita, Mimí, Nedda, Lakmé, la Reina de la Noche, Susana en Le nozze di Figaro, Elvira en Ernani y otros.
Triunfó en París (1884), Lisboa (1885), y Berlín (1886), donde volvió ininterrumpidamente hasta 1900; triunfó en Romeo et Juliette, Lakmé y Le nozze di Figaro.
Su actividad artística se extendió hasta 1917. Posteriormente enseñó en el Instituto Curtis de Filadelfia, donde tuvo como alumnos a Dusolina Giannini y María Jeritza.
En 1933 participó en las fiestas del cincuentenario del Metropolitan.
MARCELLA SEMBRICH brilló no sólo en las partes ligeras de coloratura, sino también en papeles líricos como Mimì, Elsa y Eva, y hasta dramáticos como Elvira en Ernani. Sin embargo, el mayor lucimiento de sus medios lo obtenía en las partes de agilidad como Lucia y Ofelia.
Fuente:
Patrón Marchand, Miguel – 100 GRANDES CANTANTES DEL PASADO
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1952 – Fallecimiento en Milán (Italia) del tenor AURELIANO PERTILE. Había nacido en Montagnana, cerca de Padua (Italia) el 9 de noviembre de 1885. De niño cantaba en la iglesia con voz de contralto. En 1906 comenzó serios estudios de canto en Padua, bajo la guía de V. Orefice. Debutó en el Teatro Eretenio de Vicenza como Lionelo en Martha, en febrero de 1911; posteriormente se perfeccionó en Milán con Bavagnoli, y ya durante su carrera, con Fugazzola hasta 1913. Su formación fue escrupulosa y le permitió hacer una gran carrera con medios vocales muy pobres, pero manejados sabiamente con la ayuda de una buena técnica. Otro factor que ayudó a su triunfo fue su innegable instinto interpretativo.
El 3 de mayo de 1911 se realizó el estreno italiano de Quo Vadis, de Nogues; Pertile interpretó la parte de Vinicio, y los críticos quedaron favorablemente impresionados por el excelente fraseo y la elegante personificación escénica. En su siguiente presentaicón -Dal Verme, en 1912- tuvo ocasión de cantar Pagliacci y Andrea Chénier; en 1913 hizo su primera gira a Sudamérica. Actuó en Chile, Argentina y Uruguay. Luego siguieron contratos con el Massimo de Palermo y en el San Carlo de Nápoles. En 1915 cantó en el Costanzi de Roma y en el Regio de Turín. En 1916 cantó Tosca en el Comunale de Bolonia; y, finalmente, el 22 de febrero del mismo año debutó en La Scala con Francesca da Rimini. Este teatro habría de convertirse en el centro de actividad sólo más tarde, y llegó a la cima durante el célebre período toscaniano.
En 1917, en Génova, fue designado por Puccini para funciones de La Rondine; en 1918 cantó Un ballo in maschera, en el Colón con gran éxito; y en 1920 sobresalió en la Arena de Verona con Mefistofele y Aida. Su actuación en el Metropolitan pasó casi inadvertida: doce funciones en diciembre de 1921 de los siguientes títulos: Tosca, Manon Lescaut, Louise, Cavalleria rusticana, Boris Godunov, Aida y Pagliacci. La presencia de otros colegas de gran fuste impidió todo posible asentamiento de Pertile en Nueva York.
Cuando Toscanini lo llamó a La Scala, ya era un artista formado y experimentado. Se presentó el 22 de mayo de 1922 como Fausto, en Mefistofele, y cosechó grandes elogios. En la temporada siguiente fue un convincente Lohengrin y un apasionado Des Grieux pucciniano. Luego cantó Die Meistersinger, Louise y Lucia di Lammermoor; en esta última, su Edgardo tuvo magnífico relieve. Siempre en La Scala brilló en La Traviata, Aida e Iris en 1923. En 1925 se presentó en La Bohème e Il Trovatore, y en 1927 en Tosca y Pagliacci.
Allí interpretó treinta y cinco óperas durante catorce temporadas consecutivas. En 1924 participó en el estreno del Nerone de Boito, y en 1935 del de Mascagni. También cantó en la primera representación absoluta de Sly de Wolf-Ferrari.
Fue primer tenor de La Scala hasta 1940. En otros teatros tuvo ocasión de lucir sus cualidades y probarse en el Otello de Verdi, aunque nunca se pudo decir que fuera un verdadero tenor dramático.
Se retiró de la escena con el Nerone de Boito, en Roma, en 1946, y se dedicó a la enseñanza en el Conservatorio de Milán y en la Escuela de Perfeccionamiento de La Scala.
La voz de Pertile no era agradable: opaca en algunos sectores, metálica en otros, áspera en todos los pasajes, gutural en casi toda la gama. Como contrapartida de esos defectos, el cantante era músico, expresivo, mesurado, dotado de una magnífica condición escénica y, además, un verdadero profesional.
No llama la atención que haya sido un protegido de Toscanini, quien según se ha dicho, prefería las voces «feas» como las de Pertile y Peerce para seguir siendo él el centro de los espectáculos. Nosotros nos inclinamos a pensar que la versatilidad y la musicalidad eran las condiciones que importaban al célebre director.
Los discos de este tenor son buenos, y lo muestran siempre como un excelente artista; la voz, en cambio, es a veces demasiado desagradable.
Fuente:
Patrón Marchand, Miguel – 100 GRANDES CANTANTES DEL PASADO
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1954 – Fallecimiento en Bad Ischl (Austria) del compositor OSCAR STRAUS. Había nacido en Viena (Austria) el 6 de abril de 1870. Alumno de Prosniz y Grädener en Viena y de Max Bruch en Berlín. En 1927 emigró a los Estados Unidos, regresando a Europa después de la guerra y estableciéndose en Bad Ischl, donde falleció. Es autor de numerosas operetas, entre ellas: Ein Walzertraum (1907); Der Tapfere Soldat (1908); Liebe und Lachen (1913); Teresina (1925); Der letzle walter (1920). Compuso además música de cámara y piezas para piano. En el terreno de la opereta fue un serio rival de Franz Lehàr.
Fuente:
Della Corte, A.; Gatti, G. m. – DICCIONARIO DE LA MÚSICA
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1975 – Fallecimiento en Salzburgo (Austria) del tenor MAX LORENZ. Había nacido en Düsseldorf (Alemania) el 17 de mayo de 1901. Estudió canto en su ciudad natal; luego se trasladó a Berlín y recibió lecciones de E. Grenzebach, desde 1923 a 1927.
En 1926 ganó un concurso en Berlín, y pudo obtener una audición en Dresde, donde fue contratado por Fritz Busch. Debutó en esa ciudad en el papel de Walter von Vogelweide, en Tannhäuser, y luego interpretó personajes de carácter lírico, como el Des Grieux de Manon Lescaut de Puccini, en estreno para la capital sajona. Inmediatamente lo contrataron en Viena y Berlín.
El 12 de noviembre de 1931 debutó en el Metropolitan, como Walter, en Die Meistersinger von Nürnberg; en aquella temporada y en al de 1933-34 fue también protagonista de Lohengrin, Tannhäuser y Parsifal; Erik, en Die fliegende Höllander; Babinsky, en Schwanda Dudak, de Weinberger, y Herodes, en Salomé. Aunque afirmó su fama de “heldentenor” no logró competir con Lauritz Melchior.
En 1933 debutó en Bayreuth, donde fu e confirmado ininterrumpidamente hasta 1944, en plena guerra. En ese tiempo agregó el papel de Tristán a su repertorio. Siempre en 1933 fue contratado en forma estable en la Opera del Estado de Berlín, donde en 1935 cantó Radamés de Aida.
Debutó en el Covent Garden en 1934 con Die Meistersinger von Nürnberg. Volvió para la temporada de la Coronación de 1937 como Siegfried en Der Ring…
Con la compañía de Bayreuth se presentó en 1939 en la Opera Real de Roma, en Tristán e Isolda, bajo la dirección de Víctor de Sabata. Durante la guerra permaneció en Italia cantando en numerosas funciones en el Teatro Alla Scala. Finalizada la misma actuó en Viena; reapareció con frecuencia en la principal sala milanesa, y reiteró allí el exitoso Tristán de 1939 con el mismo director.
En mayo de 1948 cantó ese famoso papel con María Callas, de Isolda, en el Grattacielo de Génova, bajo la dirección de Tullio Serafín. En 1956 fue Herodes en Salomé (Scala: director Karajan).
Fuente:
Patrón Marchand, Miguel – 100 GRANDES CANTANTES DEL PASADO