7 de agosto
|1893 – Fallecimiento en Milán (Italia) del compositor ALFREDO CATALANI a los 39 años de edad. ALFREDO CATALANI había nacido en Lucca (Italia) el 19 de junio de 1854. Estudió con Bazin en París y Bazzini en Milán, quien lo condujo a Giovannina Lucca, quien publicó su primer ópera Elda (1876; revisada como Loreley, 1890), además de Dejanice (1883) y Edmea (1886). La unión comercial de Lucca con Ricordi en 1888 colocó a Catalani en una posición subordinada a Verdi y Puccini, pero La Wally (1892), basada en un cuento folklórico del romanticismo alemán, fue producido con éxito en La Scala. La prematura muerte de Catalani contribuyó que su trabajo, con su romanticismo y predilecciones wagnerianas, fuera pronto eclipsado por la cruda intensidad del verismo.
Fuente:
Hamilton, David – THE METROPOLITAN OPERA ENCYCLOPEDIA
1903 – Nacimiento en Viena (Austria) de la soprano y Kammersängerin (1) MARIA REINING. Primeramente trabajó en un banco e inició su carrera como cantante recién a los 28 años, cuando comenzó a cantar en la Ópera del Estado de Viena, principalmente en roles de soprano ligera. Dos años después, se mudó a Darmstadt y luego a la Ópera del Estado de Munich, donde debutó como Elsa en Lohengrin, con la dirección de Hans Knappertsbusch. En 1937 siguió a Knappertsbusch a la Ópera del Estado de Viena, donde volvió a asumir el rol de Elsa.
MARIA REINING fue miembro del elenco de la Ópera del Estado de Viena entre 1931 y 1933 y nuevamente entre 1937 y 1957. Entre 1937 y 1941, cantó – con gran éxito – en los Festivales de Salzburgo, bajo la conducción, entre otros, de Arturo Toscanini. Predominantemente cantó en roles de Mozart, Wagner y Richard Strauss. Como invitada, se presentó en los principales teatros europeos, como el Covent Garden y La Scala de Milán.
MARIA REINGING falleció en Deggendorf (Alemania) el 11 de marzo de 1991 a los 87 años de edad.
(1) Kammersänger o Kammersängerin (abreviado como Ks.) significa literalmente «cantante de cámara.» Se trata, en realidad, de un título honorífico con que se designa en los países germánicos a los cantantes distinguidos. Históricamente, el título era conferido por reyes o príncipes. Actualmente se otorga, tanto en Alemania como en Austria, por recomendación de alguna institución relevante a nivel nacional o local.
Fuente:
Wikipedia – La enciclopedia libre
1919 – Nacimiento en Helsinki (Finlandia) del bajo KIM BORG. Estudió en la Academia Sibelius de Helsinki; debut operístico en Aarhus, en 1951. En Glyndebourne, cantó Don Giovanni (1956) y Gremin (Eugene Oneguin, 1968). Debutó en el Metropolitan como Almaviva (Nozze di Figaro, 1959); participó en tres temporadas, cantó 36 funciones, que incluyeron Rangoni (Boris Godunov) y Pizarro (Fidelio).
Fuente:
Hamilton, David – THE METROPOLITAN OPERA ENCYCLOPEDIA
1949 – Fallecimiento en Polop de la Marina (España) del bajo barítono EMILIO SAGI-BARBA a los sesenta y tres años de edad.
EMILIO SAGI-BARBA había nacido en en Barcelona el 26 de marzo de 1876. Cuando contaba seis años de edad sus padres se trasladaron a Mataró y él ingresó en el Colegio de los Escolapios como hijo de pobre. Estudió solfeo, nociones de canto y más tarde intervino en las funciones religiosas del colegio. Pocos años después, su padre fijó la residencia en Barcelona para trabajar en una fábrica de hilados y el muchacho continuó en el Conservatorio Municipal los estudios de música y canto. Cuando le cambió la voz su profesor le anunció que tenía condiciones para llegar a ser un buen barítono, lo cual le disgustó mucho porque hubiera preferido ser tenor.
El teatro le apasionó y esta afición no le detuvo. A los diecinueve años, deseoso de triunfar y ver mucho mundo, marchó a Buenos Aires con una modesta compañía lírica. En aquella nación hermana, encontró la ayuda del padre Xirau, catalán, como él, que era maestro de capilla de la Catedral; le daba cien pesos cada vez que participaba en una misa solemne. A la vez, dirigía el coro del Teatro Argentino y como cantante sustituyó al barítono que debía hacer la parte de “Melchor” en el estreno de La Dolores, de Bretón. Esto le proporcionó un contrato de 400 pesos. Había ido como segundo barítono, pero a fuerza de tesón y estudio, en poco tiempo llegó a primero con el repertorio grande: Marina, La Tempestad, La Bruja, La Mascota, Los Madgyares, El postillón de La Rioja, El guitarrico y El anillo de hierro, que le valieron grandes triunfos en varios países de aquel continente. En 1905 SAGI-BARBA hizo un alarde de facultades poco frecuente. Mientras actuaba en el Teatro Victoria de la capital argentina, la compañía de ópera italiana que lo hacía en el Politeama, organizó una función de gala para conmemorar el cuarto aniversario de la muerte de Verdi. La comisión le pidió que participara en ella y aceptó. Aquel día, hizo por la tarde El juramento, de Gaztambide en el Victoria y después, por la noche, en el Politeama el tercer acto de Hernani con los italianos, aprendido en dos días. Alcanzó el éxito más grande de su carrera. Tanto los compañeros como la prensa le llenaron de elogios. Más tarde, en La Habana, interpretó un magnífico Rigoletto que le deparó una sorpresa. Entre el público estaba Titta Ruffo, quien complacido, le envió una carta donde le decía: “Yo, que soy un creador de Rigoletto, declaro admirado que el de usted me encantó”.
Seis años permaneció en América y al cumplir los veinticinco decidió volver a España. Su primera actuación fue en el desaparecido Teatro Calvo y Vico de Barcelona. Cantó El grumete, de Arrieta, con enorme éxito y cuando se consideraba más feliz, un mal día se encontró sin voz. Mientras se sometía a tratamiento, como sus conocimientos musicales eran muy completos, se dedicó a director de orquesta en compañías de zarzuela. Recuperadas las facultades le llegó el sonado triunfo que esperaba con el estreno en España de la opereta de Franz Lehàr La viuda alegre que cantó con la gran tiple Luisa Vela, la cual sería su esposa y compañera ideal en todas las noches gloriosas que vendrían después. A partir de ese día, SAGI-BARBA fue el barítono preferido de los públicos de España entera que le aclamaban con delirio. El 5 de febrero de 1914 es una fecha que tiene gran valor para el matrimonio Vela/Sagi-Barba, al estrenar Las golondrinas, partitura que el propio Usandizaga dedicara al barítono, en el Teatro Circo Price de Madrid. También es reseñable que el hecho de que Luisa Vela esperase el inminente nacimiento de su hijo Luis, que andando el tiempo se convertiría también en un destacado barítono.
Entre los estrenos que se hicieron famosos a lo largo de los años, y que fueron inimitables creaciones suyas están: El guitarrico (1900), Molinos de viento (1910), Los cadetes de la Reina (1913), Las golondrinas (1914), Los calabreses (1918), La dogaresa (1920), El pájaro azul (1921), Por una mujer (1922), El dictador (1923), La pastorela (1926), La del soto del parral (1927), La rosa del azafrán (1930) y Luisa Fernanda (1932). También estrenó en el Tívoli de Barcelona la versión catalana de Marina. Hizo con su esposa dieciséis viajes a América y recorrió todos los países de habla hispana. Hasta que, cansado, tomó la sabia decisión de retirarse cuando su voz aún se conservaba atrayente. Antes había dirigido la orquesta en la presentación de su hijo Enrique en 1930 y la de Luis, el más joven, en el Teatro Ideal de Madrid. EMILIO SAGI-BARBA dijo su adiós a la escena en el mismo escenario el 3 de noviembre de 1932. El programa estuvo compuesto por el primer acto de Los gavilanes, el segundo de La pastorela y el tercero de Las golondrinas. SAGI-BARBA se recreó con primores de dicción; arrebató con sus amplios alientos y emocionó a todos con sus acentos dramáticos.
Buscó la tranquilidad necesaria en el bello pueblo alicantino de Polop de la Marina, junto con su esposa, y pocas veces salió de su finca. Sólo lo hacía para cantar alguna romanza de zarzuela en alguna función benéfica y para dirigir, en el Teatro Victoria de Barcelona, el estreno de Las palomas, de cuya partitura era autor. Fue, según dijo, “su última calaverada”.